PUEBLABERINTO

Por razones poco claras, en lo primero que piensa quien recién llega a Puebla, es en un laberinto. El trazo cartesiano, la ilusión de que es imposible perderse es su perdición. En cada esquina, Teseordenada se encuentra con Ariadnabcisa y no hay más temible minotauro que el fantasma de Descartes. Si se observa con cuidado, cada plato de talavera es un mapa que señala claramente la entrada pero nunca una salida. Quizá todo esto se deba a que la ciudad no es un laberinto de turno completo. La noche, la lluvia y una sonrisa ajena harán que veas cada calle idéntica a la pasada y ya estarás cautivo, tú, que decías estar sólo de paso.

No hay comentarios.:

Seguidores